Cuentos realistas
Florencia tenía 18 años, era alta, morocha, de ojos marrones, en pocas palabras era muy linda. Un día caminaba tranquilamente por la calle cuando cruzó un patrullero y el mismo frenó en su casa. El policía bajó del auto, golpeó la puerta y tocó el timbre pero nadie salió de ella.
El policía ya se estaba yendo pero Florencia lo detuvo preguntándole que necesitaba. El guardia muy serio le responde que lo tiene que acompañar a la comisaria. Ella se niega roundamente.
- Queda usted detenida por homicidio, acompáñeme por favor, dijo el agente.
-¿Yo? ¿ yo? si no maté a nadie ni hice nada. Usted está confundido -ella contestó-
-señorita dígame su nombre completo, por favor. Y acompáñame al móvil policial.
- Mi nombre es Florencia Díaz.
- Oh, lo siento ¿usted es algo de Camila Díaz?- dijo él.
- si ella es mi hermana ¿qué pasa con ella? – dijo Florencia.
-se la acusa de matar a su pareja: Federico Ramón Cañuelas.
- Pero no puede ser esto verdad. Debe ser una equivocación…
- Lo siento mucho pero esto es verdad… la única sospechosa es ella, su hermana.
- ¿Y quién dijo que ella mató a mi cuñado?
- su sobrino de 9 años estaba presente cuando ocurrió el hecho.
(La mujer lo acompañó muy triste a la comisaría)
Al día siguiente, en el diario “semanal’’ apareció:
Violencia familiar 4 de Mayo de 2011
Camila Díaz fue detenida ayer a la madrugada por el grupo de la policía. Aproximadamente tiene 33 años. Dicha mujer es sospechada de asesinar a su marido de 40 años, en presencia de su hijo de 9 años. Por lo que cuentan testigos, fue en defensa propia ya que la mujer era agredida periódicamente por su marido en presencia de su único hijo.
Camila era una mujer muy sumisa que dependía constantemente de su marido y le tenía mucho miedo a él. Ella vivía encerrada y no quería salir a ningún lado sin él, porque tenía miedo que su marido se enojara con ella. Pasaba todo el día cuidando a su hijo, lo llevaba a la escuela, les cocinaba. Ese día, cocinaba tallarines y de pronto llega su marido del trabajo diciéndole que no le gustaban los fideos. Él empezó a violentarse, y le levantó la mano a su mujer.
En ese instante, llega su hijo que había salido una hora más temprano porque había faltado un maestro. Al ver lo que pasaba entre sus padres, empieza a gritarle a su padre. Y, él agrede a su hijo física y verbalmente. Su madre le pide que con el niño no se meta pero Federico no la escuchó. Ella al ver tanta agresión a su chiquito, toma el cuchillo y se lo clava en las costillas.
Pasó un año, y el juez dictaminó que Camila quedara en libertad ya que la carátula fue: “homicidio en defensa propia”. Ella salió de la prisión y se reencontró con su hijo, que en su ausencia se lo cuidaba su hermana, Florencia.